En algún momento de nuestras vidas recordamos el pasado, momentos vivimos, cosas que aprendimos, gente que conocimos…pero en ocasiones podemos encontrarnos con personas que realmente están ancladas en su pasado y ni viven el presente ni se plantean el futuro.
Pero el problema no es mirar al pasado y recordar, el problema viene cuando se vive en el pasado de forma continuada. Esto puede denotar un temor al presente, a
los desafíos que nos proporciona la vida, a lo incierto ya que si nos anclamos en el pasado vivimos un sentimiento de seguridad permanente por que conocemos lo que ocurrió y nos sentimos a salvo.
No siempre se vive en el pasado de forma cómoda. Un ejemplo podría ser si en nuestra vida hemos estado enamorados profundamente de una persona y en una discusión se rompió esa relación, la persona volverá una y otra vez a ese punto de forma obsesiva queriendo cambiar la situación, por su cabeza rondarán cosas como “nunca debí decir aquello que hizo que lo perdiera”. Este es el error más común ya que lo pasado, pasado está y por mucho que se deseé que no fuera así no hay vuelta atrás, no podemos basar nuestra vida actual en eso ya que los síntomas más habituales de este comportamiento son la melancolía, estados depresivos, tristeza, impotencia por no poder volver atrás.
Es absurdo torturarse con lo que se pudo haber hecho en aquellos momentos del pasado y no se hizo, darle vueltas a la cabeza buscando posibles soluciones que se podían haber tomado…ese comportamiento lo único que nos hace es maltratarnos, castigarnos psicológicamente, no dejarnos vivir nuestro momento actual y no solucionar absolutamente nada.
EL PASADO ES PASADO Y DEBEMOS DEJARLO IR, TODOS LOS DÍAS SON NUEVAS OPORTUNIDADES DE SEGUIR ADELANTE Y MIRAR MAS ALLÁ DE NOSOTROS... DEBEMOS DARNOS CUENTA QUE LO MEJOR QUE PODEMOS HACER ES VIVIR EL PRESENTE QUE NOS RODEA.........
No hay comentarios:
Publicar un comentario