Cielo y el infierno, dos mundos que al pareces son diferentes pero que en realidad poseen muchas similitudes, en ambos vivimos todos los días, sin querer somos de día ángeles que ayudamos a los demás y en la noche somos demonios que queremos destruir todo a nuestro paso, somos pequeños exploradores que vamos en busca de placeres y gustos prohibidos somos como ese niño que quiero tocar nuevas pieles y sentirse en excitación.
Mi cuidad que puedo decir de ella, solo quiero salir y darme cuenta que donde vivimos no es un lugar perfecto todo tiene su razón de ser, cada de una de las personas que viven en esta ciudad montañosa siempre están en la búsqueda de resaltar sus gustos y apreciaciones. Porque todo es tan superficial, porque no simplemente podemos apreciar y enriquecernos de las maravillas del arte, tener la satisfacción como aquel niño de ir a conocer nuevos lugares de apreciar una buena obra de arte; yo en mi caso muero por ver como alguien lejano a mi está parado frente a una multitud de personas adornando el lugar e interpretando sus pensamientos, en esos momentos entro en un estado de satisfacción porque me dejo convencer por aquello que esa persona está diciendo. Muchas veces caminamos por el mismo lugar cientos de veces y no logramos apreciar que siempre hay algo diferente, siempre estamos tan pendientes del yo que hemos olvidado nos a los otros.
Medellín cielo en el día, infierno en la noche, Combinación perfecta para vivir siempre en exaltación, incide a saber aquellas cosas que solo podemos ver los que queremos ver mas allá de esa ciudad innovadora. Todos los días vivimos en un estado de temperamento, siempre buscando la mejor cara con tal de decir con orgullo que vivimos bien aunque es tensiónate saber que no es así.
Mis pies siempre tocan el mismo suelo, siempre suelo pensar cantos pies han paso por este mismo lugar que trascurro todos los días, ¿será que se han hecho la misma pregunta?, en fin son tantas cosas que pasan por mi mente que simplemente quiero seguir explorando este lugar lleno de flores y popo, porque aunque suene chistoso eso es lo que es mi cuidad un jardín lleno de excremento, la cantidad de almas que en el día duermen debajo de una choza y que en las noches deambulan como extraños dejando su esencia por donde caminan hacen parte de mi vida y de la vida de aquellos que los miran con desagrado, miedo y preocupación.
Cada día que pasa me doy cuenta que a mi alrededor hay un mundo lleno imaginarios e interpretaciones nuevas, siempre hay alguien para todo, el que explora, el de las nuevas experiencias, el de la vida pulcra y educada y el mejor el que quiere simplemente encontrarle el lado bello a la cuidad por medio de sus sentidos e interpretación artísticas.
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