La sopa de nubes podría apreciarse como un acercamiento de los interrogantes que se planteaba el autor desde lo que observaba en su temprana edad. El poema me remite a los pensamientos ingenuos y maravillosos que posea un niño, dando como referencia de la imborrable huella que dejan las primeras instancias de vida en el hombre. Ahora nombrarlos como traficantes de nubes es quizá una manera majestuosa y hermosa de disculpar ese mundo incomprendido de los niños de donde son retirados usualmente por la rutina y la cotidianidad.
Si hacemos relación de la cuidad con el poema podemos apreciarlo desde varios puntos de vista: la ingenuidad y la capacidad de exploración de los niños, y la relación espacio y tiempo. La cuidad es un espacio lleno de apreciaciones estéticas, ofreciendo indicios de acontecimientos relacionados con el hombre y su alrededor. A menudo que trascurren los años el ser humano vuelca su visión de una manera más racional, ya no le interesa apreciar a fondo lo que ocurre a su alrededor a perdido esa manía de estar preguntando y cuestionando sobre lo que ve, no le interesa interactuar y hacer que su imaginación lo lleve a vivir experiencia de reflexión gratificantes.

Ahora continuo cuestionándome en qué lado me encuentro, sentada observo a mí alrededor y recuerdo que lo que vemos en el cielo (blanco y negro), es lo mismo que veo todos los días de mi vida en esta ciudad sin salida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario